Alimentación y salud bucodental: una estrecha relación
Así no parezca o muchas personas ignoren esto, la relación que existe entre la alimentación y la salud bucodental es bastante estrecha. Y es que lo que comemos diariamente (desde que nacemos) es determinante para el adecuado funcionamiento de la cavidad oral, incluyendo la formación y salida de los dientes, la forma de masticar y de tragar, el desarrollo de los huesos maxilares, la forma de respirar, la tonicidad muscular, hasta el riesgo de desarrollar alteraciones de la mordida (maloclusiones).
¿Cómo influye la alimentación en la salud oral?
Los nutrientes que ingerimos de los alimentos determinan, en parte, la calidad de nuestros dientes y encías. Viéndolo de esta manera, entendemos que, una dieta que sea rica en vitaminas, minerales, proteínas, etc., favorecerá un desarrollo dental saludable, además de permitir mantener un estado óptimo de salud. Por el contrario, cuando se ingieren alimentos ricos en azúcares, ácidos, picantes y ultraprocesados, se aumenta considerablemente el riesgo de caries y se favorece la aparición de lesiones no cariosas y de inflamación de las encías.
Adicionalmente, el tipo de alimentos que consumimos, desde las edades más tempranas, estimulan o debilitan funciones básicas como la masticación, la deglución e, incluso, la respiración (todas fundamentales para un buen desarrollo y equilibrio de la cavidad oral).
Alimentación y malas mordidas
El crecimiento y desarrollo de los huesos maxilares y la alineación de las piezas dentales depende de muchos factores y, uno de ellos es la alimentación. Una dieta blanda desde edades tempranas, que no estimule la actividad masticatoria, repercute directamente en el desarrollo de maloclusiones y en la mala posición de los dientes.
Lo recomendado es incluir alimentos de consistencia dura desde edades tempranas, para estimular la musculatura orofacial.
Lesiones no cariosas asociadas a los alimentos
Existen alimentos que, si se consumen de forma muy frecuente o en mucha cantidad, pueden causar lesiones en los dientes, que no están asociadas a la caries. Es importante tener presente que no solo el azúcar es el que puede causar algún tipo de daño a los dientes.
Entre las lesiones no cariosas asociadas a la alimentación, encontramos:
- Atrición: desgaste dental que se puede empeorar por masticar constantemente alimentos duros como hielo, semillas o nueces.
- Erosión: desgaste del esmalte causado por el consumo excesivo de ácidos (cítricos, refrescos carbonatados o bebidas energéticas).
- Abfracción: daños en la zona cervical del diente que se pueden empeorar por una dieta poco amigable (alimentos duros, picantes y ácidos)
Fracturas dentales
El riesgo de fracturas dentales puede incrementarse cuando se lleva una dieta que incluye gran cantidad de alimentos duros o pegajosos, como turrones, caramelos o hielo, sobre todo en aquellas piezas dentales que no tienen toda su estructura natural (dientes con endodoncia o empastes). También puede ocurrir este fenómeno en coronas, prótesis o carillas, cuando no se tiene el cuidado necesario.
Caries y azúcar
El ejemplo más común y también el más conocido cuando se relaciona la salud bucal con la alimentación, es la caries. Está claro que el consumo excesivo de azúcares, sobre todo la que contienen los chuches, aumenta el riesgo de caries si se acompaña también de una higiene oral deficiente.
Consejos de tu dentista: una dieta que favorezca tu salud bucal
- Elige alimentos frescos y naturales, como verduras, frutas, legumbres y lácteos.
- Hidrátate constantemente, con agua, evitando zumos o tés que contengan azúcar.
- Evita el consumo de azúcares añadidos, bebidas carbonatadas y alimentos ultraprocesados.
- Asegúrate de masticar bien, de forma lenta y por ambos lados, para contribuir a una buena oclusión.
- Consume alimentos que estimulen la salivación, para mantener la humedad de la boca y reducir el riesgo de caries.
No se trata solo de evitar las caries y no comer azúcares sino más bien de promover un desarrollo funcional equilibrado, evitar lesiones o alteraciones patológicas y mantener la integridad de la cavidad oral a lo largo del tiempo.
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